lunes, 29 de junio de 2015

CARTA A NUESTROS HIJOS: "LLEGARÁ EL DÍA...."

 


Queridos Raquel, Alberto y Jorge:

Llegará el día en el que a mamá y a mí nos veáis viejecitos , y como que ya no somos los mismos de siempre. Os pedimos que tengáis comprensión, que intentéis entendernos. Aceptadnos y perdonadnos, porque entonces, los niños seremos nosotros.

Llegará el día en el que hablemos y repitamos lo mismo mil veces. Por favor, no nos interrumpáis para decirnos “eso ya nos lo habéis contado”, ni nos regañéis. Solamente escuchadnos, por favor. Y recordad cuando erais pequeños y os leíamos el mismo cuento, noche tras noche, hasta que os quedabais dormidos. 

Llegará el día en el que nos tengáis que dar la comida, atarnos los zapatos o ir a buscarnos, tened paciencia. Recordad las horas que pasamos haciendo las mismas cosas para vosotros.

Llegará el día en el que vayamos mal aseados o mal vestidos. No nos regañéis y por favor no tratéis de avergonzarnos, solamente recordad las veces que tuvimos que perseguiros con miles de excusas para que os bañarais u os vistierais, cuando erais pequeños. 

Llegará el día en el que estemos juntos y, sin querer, nos hagamos nuestras necesidades encima. No os avergoncéis y comprended que no tenemos la culpa de ello, pues ya no podremos controlarlas. Recordad cuantas veces, cuando erais niños, os cambiamos los pañales y os ayudamos, pacientemente a vuestro lado, a que terminarais en el orinal.

Llegará el día en el que nuestra ignorancia ante las cosas cotidianas de la vida nos confunda. Dadnos el tiempo necesario para aprender, y por favor no pongáis esos ojos ni esas caras de desesperados. Recordad que os enseñamos a hacer muchas cosas: a comer apropiadamente, a vestiros y peinaros por vosotros mismos, a comprender las matemáticas o a pronunciar el inglés, a cómo afrontar los problemas y lidiar con la vida. 

Llegará el día en el que notéis que perdemos la memoria o el hilo de la conversación. Por favor, dadnos el tiempo necesario para recordar, y si no lo logramos, no os pongáis nerviosos, impacientes o arrogantes. Tal vez no sea importante lo que queramos decir, solamente tened presente en vuestros corazones que lo más importante para nosotros es estar con vosotros, escucharos y que nos escuchéis. 

Llegará el día en el que nuestras cansadas y viejas piernas, no nos dejen caminar como antes. Dadnos vuestras manos, de la misma manera que os las ofrecimos cuando disteis vuestros primeros pasos. Y si nos caemos, nos ayudéis a levantarnos como cuando os llevamos en brazos con las rodillas ensangrentadas o los dientes rotos.

Por último, llegará el día en el que partamos de este mundo para reunirnos con nuestro Padre, en cuya poderosa compañía no hemos de sentir vergüenza. No os pongáis tristes. Algún día entenderéis que nuestra marcha no tiene que ver con vuestro cariño o con cuanto os quisimos. Siempre quisimos lo mejor para vosotros. Perdonarnos, si no siempre fuimos capaces de conseguirlo.

Cuando estos días vengan, no os debéis sentir tristes o impotentes de vernos así, sólo os pedimos que estéis con nosotros, que tratéis de entendernos y ayudarnos con amor mientras llegamos al final de nuestro camino. 

Y con gran cariño y ternura, os lo agradeceremos, a vosotros y a Dios, por el regalo de haberos dado la vida y por haberla compartido con nosotros.

Con una gran sonrisa y con el inmenso amor que siempre os hemos tenido, sólo queremos deciros que nos sentimos muy orgullosos de vosotros.

Papá y Mamá.
Alberto y María José

sábado, 27 de junio de 2015

WEDDING DRESS CODE FOR MEN: ETIQUETA MASCULINA EN UNA BODA



La mayoría de los hombres, novios o invitados, no tienen claro que traje usar en una boda. Cuando les pregunto por el dress code elegido, me miran extrañados, piensan que soy marciano y no saben qué responder. Por ello, hoy lo explicaremos de una forma clara, para salir de dudas.

El "Dress code", código de vestimenta o etiqueta (o protocolo) es un conjunto de normas que definen los niveles de formalidad y regulan qué prendas se deben vestir, en qué entorno y en qué momento del día.

Los códigos de vestimenta masculina básicamente son tres: Formal, semiformal e informal. Los más formales suelen permanecen invariables en el tiempo (sin cambios durante más de cincuenta años) mientras que las clasificaciones más informales  y los códigos femeninos cambian más rápidamente. 

En la práctica, los códigos de etiqueta se siguen de manera intuitiva o bien por la presión de un grupo, por lo que la gente viste ropa similar en determinados eventos. Un caballero siempre sabe lo que debe ponerse cuando se le invita.


Por otra parte, en los eventos más formales, donde se especifica un código de vestimenta, los invitados están obligados a vestir la ropa del nivel especificado; si se permite alguna variación (por ejemplo, "black tie preferred", es decir, preferiblemente esmoquin), el anfitrión vestirá la opción más formal para evitar que los huéspedes vistan un nivel superior de formalidad que él. 

Debemos tener en cuenta que las definiciones mencionadas a continuación son las más estrictas, rigurosas y tradicionales, que provienen de la cultura anglosajona y que pueden no ser seguidas comúnmente en algún país en concreto, debido a las distintas culturas, sobre todo en relación a las ceremonias.  

Formal o Etiqueta

CÓDIGO: Traje de ceremonia (ceremonial dress) o Traje formal (formal attaire) o Traje de etiqueta o Traje de gala (full formal o full dress).

CUÁNDO: 
DÍA (hasta las 6:00 pm): Chaqué o morning dress o morning suit.
NOCHE (después de las 6:00 pm): Frac (Tailcoat) o white tie.  

DÓNDE: bodas, cenas de gala, bailes, entrega de premios Nobel y recepciones oficiales. 

La diferencia del traje formal de gala para el día o para la noche estriba en que para el primero es una levita (froack coat) y para el segundo, casaca (dress coat). 

Actualmente, el "full dress" o máxima etiqueta, sólo se aplica al "white tie", que se sigue, sobre todo en bodas y recepciones reales y por ejemplo, en la entrega de los premios Nobel.


Hay que tener en cuenta que en algunos países como EEUU y Australia, el código formal o de etiqueta no existe y corresponde al semiformal o media etiqueta.

La máxima etiqueta suele vestirse en bodas religiosas.



Semi-formal o Media etiqueta

CÓDIGO: Traje semiformal (semiformal dress) o media etiqueta (half dress).

CUÁNDO:
DÍA (hasta las 6:00 pm): Stroller (chaqueta y pantalón diplomático).
NOCHE (después de las 6:00 pm): Esmoquin (Tuxedo) o black tie.

DÓNDEEstrenos, entregas de premios sociales, eventos benéficos, presentaciones.

En la media etiqueta, el Stroller sustituye al chaqué por el día y el esmoquin, al frac, por la noche.

La media etiqueta suele vestirse, tradicionalmente, en bodas civiles. 


Informal

CÓDIGO: Traje informal (cocktail) o traje de calle (business attaire).

CUÁNDO: Tanto de día como de noche, Traje y corbata (lounge suit)

Traje informal
Traje de calle


El código de vestimenta informal abarca todos los trajes con o sin corbata, así como los conjuntos de chaqueta y pantalón pero no todos los trajes son considerados apropiados según el tejido, el corte o el color.

DÓNDE: Reuniones de negocios o políticas, eventos de carácter social, funerales, a diario.



El traje informal suele vestirse en bodas alternativas, bodas en la playa o en el campo.

Antes de establecerse los tres tipos de código (formal, semi-formal, e informal) las principales clasificaciones de las prendas de vestir eran gala e informal. 

Por ejemplo, para la noche, "black tie" o esmoquin (originalmente ropa para cenas) fue inicialmente considerado como informal, frente al formal "white tie" o frac, mientras que el "lounge suit," o traje de negocios, se consideraba como ropa casual, frente al "morning suit" o chaqué, puesto que todos los hombres vestían a diario traje.





viernes, 26 de junio de 2015

UN LOOK MASCULINO IMPECABLE



Una exquisita imagen personal es una combinación de sentimientos, actitudes y valores que se plasman en el exterior al elegir nuestra imagen frente a los demás. 

Ir impecable, con exquisito estilo, buen gusto y fuerte personalidad, no significa necesariamente que seas pijo, metrosexual o gay, y aunque lo fueras, no debe ser motivo de crítica despectiva alguna. Es posible que hoy no esté de moda ir impecable, pero por ahí empieza la personalidad de un hombre impecable.

A ninguna mujer (ni a ningún hombre) le atrae un hombre mal vestido o mal aseado. Y diré más... el cuidado de la apariencia NO ES SÓLO COSA DE MUJERES.

Hay pequeños detalles que marcan la diferencia entre un look impecable y el auténtico desastre.

TALLA EQUIVOCADA.

Llevar prendas demasiado ajustadas o demasiado anchas puede echar a perder tu look en un segundo, aunque sea tendencia. 

Chaqueta: Es ridícula y antiestética tanto si nos queda grande como si es estrecha. Siempre tiene que quedar justo en los hombros. La manga de la chaqueta debe comenzar justo donde se marca el hueso del brazo. Vigila también el largo, tanto por exceso, que no se te vean las manos, como por defecto, que enseñes medio brazo. 

Pantalones: Deben quedar en la cintura, y no ser tan largos que ni se vea el zapato. Ni tampoco ser excesivamente anchos. ¡Y nunca piratas!

Camisa: Perfectamente planchada y en su talla. Por supuesto, de manga larga y si es de puño doble, mucho mejor.

Otro detalle erróneo es llevar tus pertenencias en los bolsillos de la chaqueta o del pantalón. No sólo deforman la apariencia del traje sino también tu imagen.

Y, por supuesto, todo ello perfectamente planchado.

CALZADO VIEJO O SUCIO.

Como ya dije en un artículo anterior, un caballero se viste siempre por los pies. 

Por ello, los zapatos siempre deben estar en buen estado y limpios. Lo contrario, denota descuido y dejadez.





JOYERÍA OSTENTOSA.

La única joya permitida en un caballero es el anillo de matrimonio. 

Los pendientes, piercings, esclavas y anillos estrafalarios pueden estar en tendencia en los futbolistas, pero dista mucho de un look impecable. 

ERROR DE BÁSICOS.

No merecen ser olvidadas las camisetas blancas de hilo de Escocia, los calcetines de Pantarella, los calzoncillos de algodón Sea Island o de algodón egipcio. 

Invierte en ropa interior de calidad. No sólo irás perfecto por dentro, también te durará mucho más. Busca tejidos suaves, naturales (las prendas de algodón 100% son las más cómodas) y confortables. Y olvídate de los calzoncillos de Bob Esponja, al menos, si tienes una cita.

ERROR DE 'GROOMING'.

Además de la ropa, el cuidado del hombre también forma parte del vestir masculino: el afeitado, el cuidado facial y las manos de un hombre dicen tanto de él como lo que lleva puesto. Descuidar estas prácticas o cometer errores tales como una depilación de cejas (me da igual cómo sea, porque un hombre nunca se depila las cejas) pueden llevarte al ostracismo social.

No te olvides de los detalles, una manicura te hará ganar puntosuñas cortas y cuadradas, y por supuesto, nunca negras ni mordidas.

Invertir en una buena maquinilla de afeitar y comprar productos que mimen tu piel te asegurarán un afeitado perfecto y una piel cuidada. Y si prefieres llevar barba, dedícale tiempo, será tu complemento perfecto.

Y, por supuesto, preocúpate de tener siempre una boca sana, tu sonrisa es, sin duda, una importante arma de seducción.



lunes, 8 de junio de 2015

BODAS NOCTURNAS: EN DEFENSA DEL ESMOQUIN




En la mayoría de las bodas, los novios visten habitualmente, trajes o chaqués con corbata o ascot y son muchos los que piensan que el esmoquin no es una prenda apropiada para una boda sino para eventos, fiestas y actos nocturnos. 



Incluso ven en él reminiscencias que recuerdan al uniforme de camarero. Nada más lejos de la realidad: El esmoquin no es una prenda de trabajo, es un atuendo que, dependiendo de la sobriedad o transgresión que queramos mostrar, marca una elegancia nocturna difícil de igualar con un traje.



Siempre he defendido y defenderé que, para una fiesta tan espectacular y única como es una boda:

"el traje de novio debe representar el carácter, 
la personalidad y estilo de vida propios, 
debe ser un reflejo de uno mismo en esencia pura, 
con independencia de la formalidad que se quiera dar 
y el momento del día de la celebración”.

Ni se te ocurra vestir un chaqué en una boda después de las 6:00 p.m. y atrévete a vestir un esmoquin para celebraciones nocturnas: recto o cruzado, con solapa chal o de pico, el clásico negro o de color, liso o brocado, pata de gallo, príncipe de gales o tartán, terciopelo o satén, etc.


    

sábado, 6 de junio de 2015

ES UNA VERGÜENZA INTOLERABLE


Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho" (Art. 47 Constitución española).

"Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo". (Art. 35 Constitución española)

El número total de desahucios practicados entre enero y marzo de este año fue de 18.869 lo que supone un 2,1% más que en el mismo periodo de 2014, según el Consejo General del Poder Judicial. 

El número total de parados según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), es de 5,6 millones, de los cuales, menos de la mitad reciben algún tipo de prestación.

No me gustaría caer en la fácil demagogia pues la ley está para cumplirse, pero estas cifras indican que 200 familias al día han sido desalojadas de sus casas, pero su deuda continúa. Las cifras indican que el 25% de la población activa (es decir, la que está en condiciones de trabajar) no encuentra trabajo. Uno de cada 4 españoles, jóvenes o adultos, no tienen garantizado su derecho al trabajo.

En efecto, nuestro gobierno, que se encuentra en el país de las maravillas, dirá que la media diaria de desahucios ha bajado este año (antes pasaban de los 500 al día, se calcula que en torno a 400.000 en toda España desde el inicio de la crisis) o que el paro baja mes tras mes, pero mi denuncia va encaminada hacia la vergonzosa, desmedida y deshumanizada codicia de los bancos que siguen impasibles ante esta cruel realidad, aun habiendo sido rescatados muchos de ellos, y hacia la incapacidad demostrada de los políticos para solucionar el problema. Y eso, sin mencionar la casi veintena de personas que, ante esta terrible situación, han puesto fin a su vida. 

¿Qué queréis que os diga? ¿Para qué nos sirve una constitución que dice garantizarnos unos derechos que en la cruda realidad no son más que papel mojado? ¿Hasta que no nos toque cerca vamos a seguir callados o mirando para otro lado?


ES UNA VERGÜENZA INTOLERABLE, por parte de ellos y, sobre todo, por la nuestra.

miércoles, 3 de junio de 2015

EL HOMBRE POST-MODERNO: SER LIBRE PARA SER FELIZ






El mundo siempre ha experimentado cambios significativos durante los siglos de historia humana. Sin embargo, no hay duda que los cambios más dramáticos y acelerados se iniciaron durante el siglo XX y han aumentado exponencialmente en este siglo XXI que hemos iniciado.


Fue en el año 1999 cuando los hermanos Wachowski revolucionaron el cine de acción con The Matrix, una película que sin duda sería la antesala de la postmodernidad. 

Matrix nos abre las puertas hacia una visión postmoderna del concepto de realidad, nos hace replantearnos si lo que “vivimos” es real. 

La pelicula,  con una estética diferenciadora, muestra cómo en Matrix la ausencia de culpa se une a la percepción de un sin-futuro y una sin-realidad.


"En el mundo postmoderno no hay realidad, sino un simulacro de realidad, 
una realidad virtual" 
(Jean Baudrillard, filósofo, sociólogo postmoderno).


La “época postmoderna” es la época del desencanto, de la renuncia a las utopías y a la idea de progreso.

Se pasa de una economía de producción a una economía de consumo. 

Emerge una re-valorización de la naturaleza y de defensa del medio ambiente.

Se genera una compulsión constante al consumo.

No importa tanto el contenido del mensaje como la forma en la que es transmitido y el grado de convicción o realidad.

Desaparecen las ideologías como formas de elección de los propios líderes y se reemplaza por la imagen.

Los medios de masas y digitales se convierten en transmisoras de la verdad.

Y en esta época nace y se desarrolla el hombre/mujer postmoderno/a:

Un individuo que sólo quiere vivir el presente, que rinde culto al cuerpo y a la liberación personal.

Ha perdido la fe en la razón y la ciencia, pero que rinde culto a la tecnología.

Vuelve a lo místico y a una búsqueda de salvación en nuevas religiones.

Ha perdido la fe en el poder público y no le preocupa lo más mínimo los idealismos.

Ha perdido la ambición personal de la auto superación y de la valoración del esfuerzo.  

En su vida predomina el hedonismo y cultura del ocio, dominio de Internet y de sus consecuencias.


CULTURA “LIGHT”. Al hombre/mujer del siglo XXI (postmoderno/a) ya no le importa la tradición ni la costumbre, ni los patrones, ni los ideales, ni los referentes. 

Desconfía de lo establecido y busca la diversidad, la diferencia, la emancipación individual y la exploración del propio estilo de vida a su manera.

La vida sin referentes se convierte en una actitud indiferente o insensible ante la vida, que se traduce en total falta de compromiso social y político. 

Ya no le interesa el mundo “general” sino su mundo “particular” y nada más.

Prevalece la levedad de ser: pensamiento débil, convicciones sin firmeza, falta de compromiso, indiferencia, curiosidad y relativismo.

Su ideología es el pragmatismo.

Su norma de conducta, la vigencia social, lo que se lleva, lo que está de moda.

Su ética se fundamenta en la estadística, sustituta de la conciencia.

Su moral, repleta de neutralidad, falta de compromiso y subjetividad, queda relegada exclusivamente a la intimidad.

CULTURA “FAST”. El hombre/mujer del siglo XXI no es paciente. Espera un resultado instantáneo que satisfaga su expectativa ya. 

Todo el mundo quiere ver algo concreto palpitando en sus manos en el momento. El hombre y la mujer del siglo XXI son amantes de la velocidad e instantaneidad.

Es un ser instantáneo y espontáneo. Todo se hace en un instante: “fast-food”, “fast-drunk o botellón”, “zapping”, “selfies”, etc. 

El concepto de la temporalidad se ha deteriorado. Ya no existe la temporalidad que permitía establecer la relación intensificada e individualizada entre la gente y la cosa, entre la comida y el reposo, entre la bebida y la diversión, entre la foto y el revelado...



CULTURA DIGITAL. El hombre/mujer postmoderno vive y se desarrolla digitalmente. La televisión, el móvil, el portátil… se convierten en alimentos intelectuales e imprescindibles.

Lo visual juega un papel esencial y fundamental: el conocimiento, la información, los mensajes ya no se dan por escrito ni por el discurso. 

El mundo digital ofrece la posibilidad de aproximarse a los conocimientos sin mucho esfuerzo y aquí y ahora. 

No obstante, la información es llana e incoherente sin provocar ninguna transformación en la vida individual y social del sujeto.


CULTURA “ANTI-SISTEMA”. El hombre/mujer actual muestra un fuerte rechazo hacia lo establecido por el sistema, por lo jerárquico y por lo estructurado, a los cuales considera opresivos. 

No se identifica con las organizaciones existentes que demandan la fuerte adhesión y el vínculo, ni políticas ni religiosas ni de otra índole.

Se caracteriza por la búsqueda de la relación fluida y emocional. 

Por lo tanto, no adquiere importancia la organización tradicional, sino que las comunidades emocionales aparecen como entidades alternativas. 

CULTURA FELICIDAD/LIBERTAD. Con el fracaso de los grandes ideales modernos, hoy en día la gente no se compromete con los proyectos históricos, es decir ha llegado el tiempo del fin de la cultura del compromiso y del sacrificio.

La gente busca estar bien consigo misma y con los demás, pero no en base a convicciones ideológicas. 

Estar bien significa tiempo libre y más capacidad de consumo, lo cual es el requisito para la felicidad.



Sin embargo, en cuanto a la libertad, no se trata de la libertad personal, social y política, sino en la permisividad subjetiva, en la que el único criterio de valor es la felicidad individual. 


La felicidad que consiste en satisfacción material y palpable: dinero, salud, fama, placeres y poder, ya sea material o espiritual.

"Ser libre para ser feliz" es la clave de la vida para el hombre/mujer del siglo XXI.